VANGOGHIANA
A sus 37 años, el pintor
pinta como un loco y como un niño
sin ser niño
y se retrata como filósofo o anciano
sin ser viejo
Proscrito de todos los paisajes
del mundo y de la vida:
estéril perdido y sin chance
¿No recuerda que en los últimos 6 meses
ha fustigado y cometido más de un centenar y medio
de telas, dibujos y grabados,
y recuerda que en toda su vida ha vendido sólo un cuadro?
Cada tarde, después de arar y segar los campos
de luz girasoles de-lirios y trigales
se pinta el alma de luminosos alcoholes
se mete entre los cómplices espejos de la noche
y dándose una efusivas palmaditas en la cara
se dice:
Pero vamos, muchacho,
si no has cambiado nada
parece que fue ayer
la última vez que te vi ebrio
cantando en las esquinas con tu amigo
y acariciando a tu chica en el parque
ebrio como un dios
creando y recreando el mundo a tu paso
¿Es necesario decir, que sólo ha entonado en manicomios
delirios y aullidos con enajenados y fantasmas
y que para ver por un instante
a su amada Catherine
se asó una mano sin lograrlo?
Escribe cartas de náufrago a su hermano
y a veces en su islote requiere con urgencia
el fuego húmedo de cualquier “puta barata”
Cada mañana, al despertar
los espejos severos y prosaicos del día
le presentan a un hombre diluido
seco y oscuro
como un charco de obsidiana
y extraño
Más extraño